Meditar en el trabajo: ¡es posible!

Confinada durante mucho tiempo a las esferas de la espiritualidad y el desarrollo personal, la meditación se está abriendo camino en el mundo laboral y en la "rutina matutina" de muchos franceses. En particular, se reconoce que ayuda a controlar el estrés y la ansiedad. Y si hasta ahora había sido una práctica reservada a unos pocos, la meditación se ha impuesto rápidamente en 2025, año en que la Salud Mental fue declarada "Gran Causa Nacional". Practicada en el lugar de trabajo, es una verdadera necesidad en un entorno profesional a menudo sinónimo de presión, sobrecarga mental y estrés crónico. Entonces, ¿meditar en el lugar de trabajo es una utopía o una realidad impresionante? Descubra por qué y cómo promover la meditación en el lugar de trabajo.

Una creciente necesidad de bienestar en la oficina

Agotamiento, ansiedad, trastornos musculoesqueléticos: los riesgos psicosociales nunca han sido tan frecuentes como hoy en día, sobre todo en el lugar de trabajo. El Ministerio de Sanidad francés estima incluso que cerca de 13 millones de franceses, es decir, aproximadamente uno de cada cinco, padecen trastornos psíquicos.

En este contexto, las empresas buscan nuevas formas de mejorar el bienestar de sus empleados, tanto dentro como fuera del lugar de trabajo. Una de ellas es la meditación mindfulness, que destaca por su facilidad de aplicación, su bajo coste y sus beneficios científicamente probados.

Pero seamos sinceros, se trata de mucho más que del bienestar de los empleados. Aunque este argumento se esgrime a menudo, por sí solo no puede explicar el considerable crecimiento de esta práctica en el mundo profesional. De hecho, las empresas la consideran una palanca estratégica, mucho más poderosa que una simple respuesta a la gestión del estrés o la prevención de riesgos psicosociales. Según Laura Noval, investigadora de la Escuela de Negocios de Rennes, que habló con My RH Line, las investigaciones demuestran que la meditación mindfulness favorece el desarrollo de habilidades clave como la empatía y la capacidad de adoptar el punto de vista de otro. En la actualidad se reconoce que estas habilidades emocionales determinan en gran medida el rendimiento en el trabajo, a veces incluso más que el cociente intelectual.

Así lo confirman estudios realizados por Harvard, el INSERM y la Universidad de Oxford: Estos han demostrado que unos minutos de meditación al día bastan para reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés), mejorar la concentración, reforzar la empatía e incluso potenciar la creatividad.

¿Cómo meditar en la oficina?

Contrariamente a la creencia popular, la meditación en el trabajo no requiere velas aromáticas ni equipo de yoga. Basta con una silla, unos minutos de silencio y una respiración consciente. Algunas empresas ya han dado el paso y ofrecen sesiones guiadas en sus instalaciones o en sus espacios de trabajo flexibles:

• Sesiones guiadas durante las pausas para comer o al comienzo de la jornada;
• Aplicaciones de meditación a disposición de los empleados (Petit Bambou, Headspace...);
• Espacios de silencio o "salas de desconexión" de libre acceso;
• Talleres dirigidos por instructores certificados.

La clave es ofrecer un enfoque sencillo, voluntario y libre de culpa. Meditar no es rendir, sino escucharse a uno mismo.

Beneficios individuales y colectivos

Más allá de los beneficios personales, la meditación tiene un impacto positivo en la dinámica de grupo. Los empleados más tranquilos son también más atentos, más cooperativos y menos propensos a los conflictos. La meditación actúa así como una palanca de cohesión y de calidad de vida en el trabajo.

Algunas empresas van más allá e integran la meditación en su cultura de gestión. Los líderes formados en mindfulness desarrollan una postura más empática y de escucha, fomentando un clima de confianza y una mejor toma de decisiones.

Llevar la meditación al lugar de trabajo no consiste en imponer una nueva moda. Se trata de responder a una urgencia silenciosa : la de cuidar del ser humano que hay detrás del profesional. Sencilla, adaptable y eficaz, la meditación ofrece una forma suave de (re)encontrar el equilibrio, en beneficio de cada individuo y del rendimiento colectivo.

Así que sí, meditar en el trabajo no sólo es posible, sino que es muy recomendable.