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Coworking : Reinventando el arte de trabajar

En pocos años, el coworking se ha convertido en un fenómeno global. La tendencia se confirma en todas las grandes ciudades europeas, donde los "jugadores limpios", con muchos mas medios que los pioneros del coworking, conviven con marcas locales de coworking. El Coworking se ha convertido en un estilo de vida para un publico muy diversol. Sus primeros seguidores fueron freelancers de la industria digital (desarrolladores, diseñadores web...), a los que luego se sumaron freelancers de todos los sectores (diseñadores gráficos, consultores, periodistas, abogados...), creadores de empresas y startups, estudiantes y nómadas digitales. Y hoy en día, las grandes empresas no se quedan fuera, ya que sus empleados representan casi el 40% de los "coworkers"!

En 1995, en Berlin, nació el primer espacio de trabajo compartido, considerado un precursor del coworking: el C-base, un hackerspace que albergaba una asociación de informáticos. En 2002, Austria también fue pionera al abrir la Schraubenfabrik, un espacio comunitario para empresas. Pero fue en 2006 en San Francisco, con la creación de The Factory Hat, el primer espacio de coworking a tiempo completo, cuando esta nueva forma de trabajar realmente despegó. fue entonces cuando se crearon los primeros espacios oficiales europeos, en 2007 en Barcelona, en 2008 en París y en 2009 en Berlín. A finales de 2017, 1,2 millones de personas trabajaban en casi 14.000 espacios de coworking en los cinco continentes.

Un ecosistema en sintonía con los cambios en el lugar de trabajo

El auge del coworking no puede separarse del de la economía colaborativa que, como reacción a la crisis de 2008, estimuló la tendencia de bienes compartidos (coche, vivienda, aparcamiento...), servicios (carpooling, bricolaje...) o conocimientos (cursos y tutorías online, sistemas de intercambio local...). Este movimiento social aprovecha las tecnologías digitales con las que ha crecido la generación de los Millennials, que representaron 1/3 de la población activa en 2020. Apegados a las nociones de autonomía y movilidad, estos nativos digitales las encuentran en su vida profesional, con empresas que integran cada vez más prácticas de la economía colaborativa en su enfoque de gestión.

Las organizaciones laborales se liberan así del tradicional modelo jerárquico vertical para favorecer la transversalidad, la convivencia y la cocreación entre los empleados. Se facilita el trabajo en equipo y se fomenta el intraemprendimiento, que permite a un empleado transformar un proyecto en una actividad rentable dentro de su empresa. Tanto si el motivo es generacional como si está relacionado con la experiencia pasada, los empleados dan prioridad a la calidad de vida en el trabajo, al enriquecimiento mutuo y el intercambio de habilidades dentro de la empresa. Y el coworking es una de las respuestas a estas expectativas, lads cuales son verdaderos retos para atraer y retener el talento.

Una respuesta a la necesidad de flexibilidad en la empresa

Los espacios de coworking ayudan a la descentralización de las empresas y su internacionalización, lo que genera una mayor movilidad de los empleados en busca de lugares de trabajo fiables y cómodos cuando se desplazan.

También son una alternativa al alquiler tradicional de oficinas, apreciada por las empresas cuyos recursos financieros no les permiten comprometerse con arrendamientos en firme o invertir en equipos. Por último, son espacios propicios para la experimentación de nuevos métodos de trabajo, así como para promover cambios tanto de gestión como de comportamiento en los equipos.

A menudo limitada por la empresa a la externalizacion de un area de I+D, o a la implementacion del teletrabajo, la noción de "espacios tercerizados" está adquiriendo una nueva dimensión con el auge de los espacios de coworking. Su uso permite instalarse en las zonas más solicitadas del centro de las ciudades, donde el espacio vacante es escaso. También representan una respuesta "llave en mano" a los problemas de calidad de vida en el trabajo, por ejemplo, reduciendo los tiempos de desplazamiento, lo que puede tener, por tanto, un impacto real en la productividad de los empleados.

Los espacios de coworking son un elemento clave en el desarrollo de la economía

Como eslabón perdido en la cadena inmobiliaria, los espacios de coworking ofrecen una nueva gama de soluciones diseñadas para satisfacer la creciente necesidad de flexibilidad de las empresas y sus actividades. Como la flexibilidad que proporcionan sigue siendo su principal activo, la rentabilidad de este tipo de alquiler dependerá en gran medida de su duración. Por ello, uno de los criterios que hay que evaluar prioritariamente, antes de instalar una start-up o el equipo de una gran cuenta trabajando en modo proyecto, será la previsibilidad o no del modelo de negocio de la actividad en cuestión. Tamaño crítico de los equipos, integración de futuras contrataciones, evolución en la superficie de los espacios de trabajo: el uso de la oficina flexible representará la mejor opción para la empresa que carece de visibilidad sobre estos diferentes puntos. Independientemente de su contribución intangible, y en comparación con los costes inmobiliarios estándar, una de las ventajas del coworking es también el hecho de que se puede dejar cuando se quiera, sin tener que pagar la depreciación financiera relacionada con la compra de mobiliarios de oficina.

El uso de espacio de oficina flexible es una buena opción para las empresas que no están en condiciones de pagar por el equipamiento de oficina.

Ya sean urbanos, suburbanos o, más raramente, rurales, estos lugares tercerizados del futuro son ahora atractivos para un número creciente de empresas que antes estaban muy centralizadas.

El coworking, Un mercado atractivo

Si para los pioneros el espíritu original del coworking se basaba sobre todo en la posibilidad de formar una comunidad, el modelo económico de los nuevos protagionistas va mas alineado al centro de negocios y servicios 2.0. Junto a los grandes actores como la empresa estadounidense WeWork, estamos viendo la llegada de gigantes inmobiliarios a este nuevo nicho. El grupo Regus, líder mundial en centros de negocios, ha adquirido Spaces, una empresa creada en 2006 en Ámsterdam. En el Reino Unido, la estadounidense Blackstone, uno de los mayores fondos de inversión del mundo, se ha convertido en accionista mayoritario de TOG (The Office Group), un operador con espacio en más de 30 edificios de Londres.

The Office Group es el mayor operador de centros de negocios del mundo

En Francia, la inmobiliaria Gecina ha creado su filial Secondesk, la cual ofrece a los empleados de sus clientes una "segunda oficina". La startup Kwerk se ha asociado con el desarrollador Les Nouveaux Constructeurs. El grupo mundial de hoteles Accor ha invertido en la marca Wojo. Hoy en día, los empleados, ya sea en comisión de servicios por parte de su empresa o en desplazamiento, acuden en masa a los espacios de coworking. Se ha creado una animación específica para desarrollar una comunidad destinada a facilitar los intercambios y la innovación, borrando las fronteras entre las profesiones y las funciones, creando sinergias entre los colaboradores internos y externos a la empresa.

Diferenciación a través de la oferta de servicios

Como todo mercado emergente con fuerte potencial, el coworking ha visto crecer rápidamente el número de sus participantes de forma exponencial. Frente a la competencia, cada marca apuesta por la creatividad para enriquecer su oferta con una gama cada vez más amplia de servicios adicionales. Independientemente de la flexibilidad que aportan las fórmulas de suscripcion (por horas, por semanas, por meses), dan a los espacios de trabajo un valor añadido práctico que cumple plenamente expectativas de los colaboradores de trabajo.

Las iniciativas que aportan una nueva dimensión al atractivo del coworking adoptan las formas más variadas. Algunas están directamente vinculadas al ejercicio de la actividad profesional: registro de empresas, asistencia administrativa y técnica, espacios de oficinas privados y salas de reuniones, plataforma web compartida, formación temática, coaching individual y grupal. Otras instalaciones contribuyen aún más a mejorar la calidad de vida y la convivencia del entorno: servicio de conserjería, guardería, bar, comedor, cocina equipada, biblioteca, sala de fitness o de relajación. Los colaboradores también pueden beneficiarse del apoyo permanente de un Chief Happiness Officer (CHO) encargado de animar esta nueva cultura empresarial organizando, por ejemplo, conferencias y eventos. Como la mayoría de estos servicios de alta gama forman parte de la filosofía de gestión de la hostelería, también estamos viendo un número creciente de grupos hoteleros que desarrollan una oferta de coworking dirigida principalmente a los trabajadores itinerantes.

Al igual que las incubadoras centradas en la innovación o el apoyo a las empresas jóvenes, cada vez más espacios de coworking se especializan por temas. Reúnen a una comunidad, formada por entidades del mismo sector de actividad o del mismo nicho. El objetivo es intercambiar ideas sobre temas comunes, formar una red cualificada, un vector de sinergias y asociaciones estratégicas. Para ello, se favorecerá la puesta en común de competencias y el intercambio de mejores prácticas. Entre las actividades que mejor se prestan al coworking especializado se encuentran los ámbitos de las TIC, el marketing, el comercio minorista, las fintech, el sector inmobiliario y los medios de comunicación.

El coworking reúne a una comunidad de entidades que pueden compartir sus habilidades y formar una red que genere sinergias. A sus coworkers, les ofrece espacios adaptados a su proyecto, un nivel de servicios a la altura de los grandes grupos y un lifestyle@work único. Para el empresario, el coworking confiere la imagen positiva de un responsable de la toma de decisiones que favorece la gestión por objetivos y da rienda suelta a la creatividad y a la iniciativa individual. Para la empresa que lo suscribe, los espacios de coworking presentan una solución inmobiliaria complementaria que ofrece flexibilidad y mejor productividad gracias a una nueva forma de agilidad. Los participantes de PropTech contribuirán sin duda a ello

Pero no nos equivoquemos, el coworking no es una garantía para el éxito de un proyecto, el lanzamiento de una start-up, el cambio de mentalidad directiva, la modernización o digitalización de una empresa. Tampoco es el nuevo esquema inmobiliario que haria que las empresas dejaran de tener oficinas propias y permitan a sus empleados desarrollar su creatividad en cualquier parte del mundo.

El trabajo es sobre todo el fenómeno que materializa la necesidad de tener en cuenta la velocidad con la que el mundo está cambiando y con la que los agentes económicos deben evolucionar!

Corpoworking: Integrar el coworking en el corazón de la empresa

También llamado coworking intraempresarial, el corpoworking consiste, para una empresa, en crear un espacio de colaboración para sus empleados dentro de sus propias instalaciones o en un espacio de coworking ya existente. Más que una simple distribucion del espacio, esta iniciativa debería estimular una nueva organización del trabajo. Responde a varios retos:

Facilitar reuniones informales entre empleados que trabajan en diferentes sitios o en diferentes departamentos, permitir una parada entre dos reuniones y así reducir el tiempo de viaje, optimizar el espacio y reducir los costes inmobiliarios, dar un paso atrás y adoptar una nueva visión de la vida cotidiana o incluso sacar a la luz nuevos métodos de trabajo. Cuando el espacio alberga estructuras externas con las que la empresa está acostumbrada a trabajar o no, puede convertirse en un lugar de creatividad y fomentar las colaboraciones de innovación abierta, sin olvidar las cuestiones de confidencialidad. En París, en la Villa Bonne Nouvelle de Orange, varios equipos de proyecto trabajan desde 2014 para estudiar el impacto de la tecnología digital en el desarrollo de la calidad social y el rendimiento económico en el trabajo. En Heidelberg (Alemania), SAP abrió la AppHaus en 2013 para sus empleados, clientes y socios. La mitad del espacio se dedica a un taller para organizar reuniones entre las diferentes partes.