-
A partir de205 $ ARS / mes
-
A partir de209 $ ARS / mes
-
A partir de205 $ ARS / mes
-
A partir de265 $ ARS / mes
-
A partir de425 $ ARS / mes
-
A partir de255 $ ARS / mes
El mercado de los espacios de coworking en Argentina
Nadie imaginaba que compartir oficina se volvería tan atractivo, pero en Argentina hasta el mate es colectivo, así que ¿por qué no compartir también el escritorio? El auge de los espacios de coworking ha revolucionado la rutina de emprendedores, freelancers y empresas. Desde las imponentes torres de Buenos Aires hasta los rincones urbanos de Córdoba o Mendoza, hoy importa más estar cerca de un café decente y contar con internet estable que presumir despacho propio.
¿Por qué crecen los espacios de coworking en Argentina?
Cada vez más profesionales buscan ese delicado equilibrio entre vida personal y laboral sin renunciar al entorno profesional. Nadie quiere comprometerse por años en alquileres cuando lo único constante es la inflación. Por eso, estos oficinas compartidas ofrecen mucho más que escritorios individuales: proponen una flexibilidad total, eliminan compromisos eternos y permiten adaptarse —crecer o achicarse— según lo dicte el mercado o el ánimo colectivo.
Ciudades en plena expansión como Rosario y Bariloche han adoptado el modelo de trabajo flexible, consolidando tendencias locales hacia ambientes colaborativos. Ideales tanto para start-ups tecnológicas como para trabajadores remotos que solo desean silencio y buen Wi-Fi, incluso cuando este último escasea hasta en algunos glaciares patagónicos.
Flexibilidad al ritmo argentino
En este escenario, ninguna empresa quiere quedar atada a metros cuadrados fijos y costosos. Hoy una pyme puede elegir salas de reuniones para negociar, escritorios individuales para enfocarse un lunes lluvioso o mudarse a oficinas privadas si su plantilla explota tras un pitch exitoso. Todo esto se ajusta a presupuestos variables, porque aunque todos sueñan con crecer, jamás está de más poder reducirse rápidamente si el contexto lo exige.
La palabra clave es “trabajo flexible”: cada cual selecciona lo que necesita y paga sólo por ello. Desaparecen las inmobiliarias antipáticas y los routers desactualizados; aquí todo viene listo para usar, desde la llave de entrada hasta el café incluido.
La tentación del todo incluido y las ubicaciones convenientes
Pocos placeres superan llegar el lunes y descubrir que ya recibieron el correo, limpiaron la oficina y llenaron la heladera con snacks saludables (al menos en apariencia). Los servicios incluidos son parte de la nueva identidad argentina post-pandemia. Aquí nadie debe preocuparse por el mantenimiento, el reparto de gastos ni la búsqueda desesperada de papel higiénico.
Además, abundan ubicaciones convenientes: microcentro porteño, Nueva Córdoba, San Telmo, Palermo o Godoy Cruz en Mendoza. Terminar la jornada sabiendo que se está a media cuadra del bar favorito es ahora tan importante como cualquier aumento salarial.
Servicios con sabor local: más allá del escritorio individual
Quien crea que los espacios de coworking son solo hileras de escritorios tiene menos visión que un GPS sin mapa. Estos lugares ofrecen ambientes vibrantes y actividades sociales donde la comunidad emprendedora florece. Networking espontáneo, eventos sorpresa y desayunos generosos son moneda corriente, igual que esos domingos familiares donde nada sale planeado pero todos terminan satisfechos.
Las combinaciones insólitas abundan: clases de yoga entre reuniones, asesorías fiscales exprés junto a degustaciones de vinos mendocinos o afterworks en terrazas que harían temblar a cualquier rooftop neoyorquino.
El corpoworking apareció sin pedir permiso
Las grandes empresas dejaron de mirar con recelo estas soluciones modernas. Muchas ya apuestan al corpoworking: departamentos enteros mudados a oficinas compartidas. Así descubren formas nuevas de motivar equipos, reducir costos y evitar el temido “silo corporativo” donde las ideas mueren bajo toneladas de correos inútiles.
Ahora organizaciones completas pueden alternar entre distintas oficinas privadas, combinar teletrabajo y presencialidad e incluso invitar aliados comerciales o clientes a sumarse a actividades comunitarias. Un antídoto rotundo contra el aburrimiento y la soledad del home office perpetuo.
Oficinas llave en mano: cero preocupaciones logísticas
¿Quién desea perder tiempo lidiando con técnicos para hacer funcionar una impresora? En los nuevos espacios de coworking, basta con llegar, conectar la laptop y comenzar el día. Las instalaciones cuentan con mobiliario moderno, tecnología funcional y plantas que sobreviven gracias al riego automático. Es el sueño de quien odia las planillas de gastos imprevisibles.
Existen opciones realmente prácticas: desde alquileres por horas para quienes necesitan apenas un refugio ocasional, hasta planes mensuales diseñados para necesidades cambiantes. Ideal para quienes consideran que organizarse es imprescindible para sobrevivir en el mercado argentino.
Precios, planes y otros dilemas recurrentes
Los precios y planes varían tanto como el clima en Mar del Plata, pero hay alternativas para casi todos los bolsillos y preferencias. Se puede optar por pases diarios si la inspiración es esquiva, paquetes semanales para workaholics moderados o membresías mensuales para quienes han hecho del coworking su filosofía zen.
Entre sus ventajas, muchos espacios diferencian tarifas según los metros requeridos o servicios adicionales: proyector, cafetería premium, acceso 24/7. Nadie queda afuera, ni el freelancer nómade ni la pyme que duplicó su equipo tras volverse viral en redes sociales.
- Planes flexibles: diarios, semanales, mensuales y anuales
- Oficinas privadas, escritorios individuales o áreas comunes a elección
- Opciones con salas de reuniones incluidas
- Servicios básicos, administrativos y tecnológicos integrados
- Descuentos para grupos o equipos numerosos
| Ciudad | Tipo de espacio | Rango de precio (ARS/mensual) |
|---|---|---|
| Buenos Aires | Escritorios individuales | 30.000–65.000 |
| Córdoba | Oficinas privadas | 60.000–120.000 |
| Mendoza | Salas de reuniones | 25.000–50.000 |
| Rosario | Oficinas compartidas | 35.000–70.000 |
Trabajo flexible: ¿moda pasajera u opción definitiva?
Aunque algunos añoran el viejo hábito de ir a la misma oficina todos los días, la realidad impuso otra dinámica. Con tanta oferta de ubicaciones convenientes y planes hechos a medida, resulta difícil convencer a los nuevos talentos o startups hambrientas de regresar al leasing tradicional.
Hoy la apuesta está en sitios donde se puede experimentar, socializar, trabajar sin morir de rutina y equilibrar la vida offline sin descuidar el Excel diario. Nada mal para quienes soñaron con ver el obelisco desde la ventana… o escaparse a un viñedo un viernes soleado.